CARACTERÍSTICAS DEL BARROCO
Pintura: La pintura barroca tuvo
un marcado acento diferenciador
geográfico, ya que su desarrollo se produjo por países, en diversas escuelas
nacionales cada una con un sello distintivo. Sin embargo, se percibe una
influencia común proveniente nuevamente de Italia, donde surgieron dos
tendencias contrapuestas: el naturalismo (también llamado caravagismo), basado
en la imitación de la realidad natural, con cierto gusto por el claroscuro —el
llamado tenebrismo—; y el clasicismo, que es igual de realista pero con un
concepto de la realidad más intelectual e idealizado. Posteriormente, en el
llamado «pleno barroco» (segunda mitad del siglo XVII), la pintura evolucionó a
un estilo más decorativo, con predominio de la pintura mural y cierta
predilección por los efectos ópticos (trompe-l'oeil) y las escenografías
lujosas y exuberantes.
Arquitectura: La arquitectura barroca asumió unas formas más dinámicas,
con una exuberante decoración y un sentido escenográfico de las formas y los
volúmenes. Cobró relevancia la modulación del espacio, con preferencia por las
curvas cóncavas y convexas, poniendo especial atención en los juegos ópticos
(trompe-l'œil) y el punto de vista del espectador. También cobró una gran
importancia el urbanismo, debido a los monumentales programas desarrollados por
reyes y papas, con un concepto integrador de la arquitectura y el paisaje que
buscaba la recreación de un continuum espacial, de la expansión de las formas
hacia el infinito, como expresión de unos elevados ideales, sean políticos o
religiosos.
Literatura: La literatura barroca, como el resto de las artes, se
desarrolló bajo preceptos políticos absolutistas y religiosos
contrarreformistas, y se caracterizó principalmente por el escepticismo y el
pesimismo, con una visión de la vida planteada como lucha, sueño o mentira,
donde todo es fugaz y perecedero, y donde la actitud frente a la vida es la
duda o el desengaño, y la prudencia como norma de conducta.88 Su estilo era
suntuoso y recargado, con un lenguaje muy adjetivado, alegórico y metafórico, y
un empleo frecuente de figuras retóricas. Los principales géneros que se
cultivaron fueron la novela utópica y la poesía bucólica, que junto al teatro
—que por su importancia se trata en otro apartado—, fueron los principales
vehículos de expresión de la literatura barroca. Como ocurrió igualmente con el
resto de las artes, la literatura barroca no fue homogénea en todo el
continente, sino que se formaron diversas escuelas nacionales, cada una con sus
peculiaridades, hecho que fomentó el auge de las lenguas vernáculas y el
progresivo abandono del latín.
Escultura: La escultura barroca adquirió el mismo carácter dinámico,
sinuoso, expresivo, ornamental, que la arquitectura —con la que llegará a una
perfecta simbiosis sobre todo en edificios religiosos—, destacando el
movimiento y la expresión, partiendo de una base naturalista pero deformada a
capricho del artista. La evolución de la escultura no fue uniforme en todos los
países, ya que en ámbitos como España y Alemania, donde el arte gótico había
tenido mucho asentamiento —especialmente en la imaginería religiosa—, aún
pervivían ciertas formas estilísticas de la tradición local, mientras que en
países donde el Renacimiento había supuesto la implantación de las formas
clásicas (Italia y Francia) la perduración de estas es más acentuada. Por
temática, junto a la religiosa tuvo bastante importancia la mitológica, sobre
todo en palacios, fuentes y jardines.
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