CARACTERÍSTICAS DEL ROCOCÓ
Pintura: La escultura barroca adquirió el mismo carácter dinámico, sinuoso, expresivo, ornamental, que la arquitectura —con la que llegará a una perfecta simbiosis sobre todo en edificios religiosos—, destacando el movimiento y la expresión, partiendo de una base naturalista pero deformada a capricho del artista. La evolución de la escultura no fue uniforme en todos los países, ya que en ámbitos como España y Alemania, donde el arte gótico había tenido mucho asentamiento —especialmente en la imaginería religiosa—, aún pervivían ciertas formas estilísticas de la tradición local, mientras que en países donde el Renacimiento había supuesto la implantación de las formas clásicas (Italia y Francia) la perduración de estas es más acentuada. Por temática, junto a la religiosa tuvo bastante importancia la mitológica, sobre todo en palacios, fuentes y jardines.
Arquitectura: Una de las características del estilo rococó será la marca
de diferencia entre exteriores e interiores. El interior será un lugar de
fantasía y colorido muy recargado, mientras la fachada se caracterizará por la
sencillez y la simplicidad. Se abandonan los órdenes clásicos, y las fachadas
de los edificios se distinguirán por ser lisas, teniendo, como mucho, unas
molduras para separar plantas o enmarcar puertas y ventanas. La forma dominante
en las edificaciones rococó era la circular. Un pabellón central, generalmente
entre dos alas bajas y curvas y, siempre que era posible, rodeado de un jardín
o inmerso en un parque natural. Otras edificaciones podían tomar la forma de
pabellones encadenados, en contra del típico edificio «bloque», propio de la
etapa anterior.
Literatura: Se puede incluir en el rococó a Friedrich Hagedorns, Ewald
Christian von Kleist y el suizo Salomon Gessner, famoso por sus Idilios, pero
también como pintor. Hubo un grupo de poetas rococó en la Universidad de Halle
que destacó por sus anacreónticas y pequeños poemas; fueron Johann Peter Uz,
Johann Wilhelm Ludwig Gleim y Johann Nikolaus Götz.
Escultura: La
escultura es otra área en la cual intervinieron los artistas del rococó.
Étienne-Maurice Falconet (1716–1791) es considerado uno de los mejores
representantes del Rococó francés. En general, este estilo fue expresado mejor
mediante la delicada escultura de porcelana, más que con estatuas marmóreas e
imponentes. El mismo Falconet era director de una famosa fábrica de porcelana
en Sèvres. Los motivos amorosos y alegres son representados en la escultura,
así como la naturaleza y la línea curva y asimétrica.
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